Primer capitulo del libro
A través de su larga historia, los Arcanos Mayores han sido objeto de múltiples interpretaciones. En la actualidad tendemos a considerar los triunfos como la expresión simbólica de un proceso psicológico, que nos muestra a nosotros mismos a través de diferentes etapas de la existencia hasta alcanzar un estado de evolución plena; un estado que, por el momento, podemos describir como de unidad con el mundo que nos rodea, o quizá de liberación de debilidades, confusiones y miedos. El conjunto de Arcanos describe detalladamente este proceso, pero para alcanzar cierta comprensión de él en cuanto totalidad necesitamos atender solamente a cuatro cartas, cuatro arquetipos básicos, dispuestos en una pauta gráfica de evolución y de toma de conciencia espiritual.
Si tenemos nuestro propio mazo de cartas del Tarot Rider, apartaremos el Loco, el Mago, la Suma Sacerdotisa y el Mundo, y dispondremos los cuatro naipes formando un rombo, como se ve en esta página. Mirémoslos durante un rato. Veremos que, en tanto que el Loco y el Mundo muestran figuras jubilosas que danzan, el Mago y la Suma Sacerdotisa están completamente inmóviles, cada uno en su postura. Si ahora echamos un vistazo al resto de los Arcanos Mayores, observaremos que todos los triunfos, salvo el 0 y el 21, están dibujados como si posaran para una fotografía, y no, digamos, como un foto grama de una película. Se presentan como estados fijos de la existencia.
Pero entre los dos bailarines hay una diferencia. Presuroso, el Loco avanza ricamente ataviado; la figura que vemos en el Mundo está desnuda. El Loco mira en torno de sí, está a punto de entrar de un salto en el mundo inferior y proviene de algún país alto y distante; el Mundo, paradójicamente, parece estar fuera del universo material, suspendido el danzarín en una mágica corona de victoria.
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