Comentario de la Librería
Libro popular entre los populares; y libro polémico entre los polémicos. Pero bueno, este no es sólo un libro, sino que es el primer libro de una saga por entregas en las que se narra el encuentro de un antropólogo con un supuesto chamán yaqui, conocedor de las planas maestras y de 1000 trucos para adentrarse y manejarse en un mundo mágico e invisible que se encuentra justo delante de nuestras narices.
La gran popularidad de los escritos se debe a la fenomenal capacidad literaria del autor, a la enorme amenidad de los libros, al saber presentar a un mundo académico y a un público popular, en el momento adecuado, unas narraciones que descubrían a un personaje misterioso que se adentra a mundo mágico, un universo que se esconde detrás de nuestra realidad cotidiana, y que conoce el uso de las plantas visionarias, que tanto interés habían despertado a lo largo de la última década.
¿Y la polémica? Pues transcurrido cierto tiempo desde el inicio de la publicación de esta serie de libros, alguien sugirió que estos también podrían ser fruto de la imaginación, de la fantasía. El misterio que rodeaba al autor, la imposibilidad de acceder al entorno de trabajo del que obtenía sus informaciones, la realidad mágica que excedía a otros relatos antropológicos sobre el mismo tema... ¡Largas discusiones! Lo que había llegado a ser considerado como un 'estudio antropológico ejemplar' corría el riesgo de pasar ahora por la más pura y simple charlatanería.
Pero para encontrar un punto medio a las cosas, decir que si bien los libros de Castaneda sufren de la presencia de unas pocas incoherencias internas (entre lo narrado en los diversos libros) y externas (descripción de climatologías), e incluso estilísticas, sí que puede decirse que en la mayoría de ellos la literatura, la prosa y la narración son ingeniosas, brillantes y astutas, y los análisis psicológicos de las situaciones tan son certeras que el lector, más que contentarse con entrar en el mundo académico del chamanismo, puede permitirse el lujo de adentrarse en una «hiperrealidad». Viéndose así las cosas, el problema queda solucionado: ni testimonio antropológico, ni fantasía literaria, sino una historia mágica de una realidad que encontró resonancia en la mente de millares de lectores.
Y si una mayor virtud hemos de encontrar a este libro, podemos sugerir la que el mismo príncipe de la etnobotánica apuntó: estos relatos se hicieron tan populares durante los años sesenta, setenta y siguientes, que muchas personas -por no decir muchísimas- tuvieron el primer conocimiento de la existencia del peyote, los hongos y su capacidad de abrir a la percepción al mundo mágico, por estos libros.
Interesante prólogo de Octavio Paz.
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