Comentario de la Librería
Jacques Mabit, médico francés, fue uno de los fundadores de la ONE Médicos sin Fronteras. Después de estar un tiempo trabajando en el Norte de África emprendió una nueva misión en Perú, donde entabló contacto con la ayahuasca. Tomando este bebedizo enteogénico en la selva, oyó una voz que le decía: 'Si quieres seguir tomando ayahuasca, deberás trabajar con personas que tengan problemas de adicción a las drogas'. Después de un período de reflexión, Jacques se decidió a emprender esta labor, fundando el centro Takiwasi, un lugar de estudio de las plantas maestras, de su empleo como desintoxicantes y de su uso en un contexto espiritual.
Después de varios años de trabajo junto con chamanes del lugar, la esposa de Mabit, Rosa Giove (médico de formación y profesión), plasmó la labor llevada a cabo en Takiwasi en este libro, en el que se detalla el trabajo con las plantas maestras para ayudar a personas de todas las condiciones a dejar hábitos perjudiciales (principalmente personas adictas a la pasta base de coca, al alcohol, a psicofármacos, heroína o consumidores recalcitrantes de cannabis) y emprender de nuevo un camino constructivo en la vida.
Tres aspectos del trabajo de Takiwasi se exponen a lo largo de este libro: estadísticas referentes a los pacientes que estuvieron en Takiwasi (con variables referentes a condición económica, drogas con las que han tenido problemas, tipos de relación con familiares); por otra parte encontramos breves relatos de casos individuales (por ejemplo, los contenidos de las vivencias en las experiencias con ayahuasca); y como tercer aspecto encontramos una exposición más general de los problemas más habituales en la vida cotidiana de estas personas antes de entrar en el centro, así como las circunstancias de su estancia en el mismo y la metodología del trabajo llevado a cabo en Takiwasi.
Esta exposición, escrita de una forma sencilla, clara y diáfana, conduce siempre a lo mismo: el dar la oportunidad a los pacientes de deshabituarse de pautas de comportamiento victimistas y dependientes (en relación a su biografía personal, así como del entorno familiar o a las drogas), y el aprender a tomar responsabilidad de su propia existencia (en cuanto al trabajo, relación familiar, mantenimiento económico, pautas regulares en los quehaceres...). Con todo, sin esconder los casos que se solucionaron de una forma parcial, o en los que el tratamiento fue interrumpido prematuramente por diversas causas, la metodología empleada en Takiwasi con el uso de diversas plantas maestras es una buena aportación a este ámbito de trabajo que se caracteriza por los difíciles obstáculos que suelen encontrarse los terapeutas al intentar abordar la problemática del consumo reiterativo y perjudicial de diversas sustancias psicoactivas. El empleo de la ayahuasca abre la posibilidad de enfrentarse de una forma directa a los problemas ocultos en el inconsciente, así como abrirse a una comprensión más amplia y espiritual de la vida.
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