Introducción del libro
Hipócrates decía que el médico sin el conocimiento de la astrología no debería considerarse a sí mismo médico. Igualmente, Paracelso afirmaba que: «La astrología es ciencia que enseña y trata de todo lo concerniente al firmamento, de su relación con
tierra y el hombre según el orden primigenio y de la conexión entre el hombre, la 'tierra y las estrellas». También concluía sus pláticas con esta famosa frase: ¡Si usted es médico y no sabe astrología, ni medicina sabe!
El cielo se concreta sobre lo terrestre y conforma o determina su comportamiento. Según Cornelio Agrippa (1486-1535): «Las cosas inferiores están sometidas a las superiores [ ... ] así, las cosas terrestres se encuentran en el cielo 15, pero como en causa y de una manera celeste; y las que están en el cielo están sobre la tierra, mas de una manera terrestre...»
Una manera terrestre de concretarse lo celeste en lo humano es todo lo que se materializa o es observable. En términos psicológicos es lo que conforma al psiquismo de cada sujeto, en términos físicos es el equilibrio del organismo humano. Esa concreción, primero la han tratado la astrología de la antigüedad 17, luego la medicina y, más tarde, la psiquiatría y la psicología de finales del siglo XIX. Pero sucede que la antigua astrología era suficiente para resolver la diagnosis e interpretar los síntomas del paciente, orientando así una intervención médica o psicológica conforme a los aspectos astral es del horóscopo y evitando, en muchos casos, y no como ha sucedido a lo largo del siglo XX, sistemas de diagnóstico agresivos para el paciente o con efectos secundarios perniciosos para su salud. La práctica de la astrología agudizaba el sentido común del terapeuta y le permitía centrar las aplicaciones curativas de acuerdo con las posibilidades reales del paciente.
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