Comentario de la Librería
Con una bella introducción dedicada a Venus, la diosa del Amor y de la fecundidad, este libro abre sus puertas a plantas de la naturaleza que han estado consagrados a la diosa de la armonía, la belleza y la procreación.
Vegetales y frutos que han acompañado a los seres humanos en diversas culturas por sus propiedades afrodisíacas, eróticas, estimulantes, o que permiten abrir la percepción a otros reinos o maneras de interactuar, tienen su ficha 'técnica' en este tratado sobre vegetales para el arte amatorio. La estimulación del deseo, la profundización en la sensualidad, el aumento en el rendimiento o el cuidado de la salud son entre otras consideraciones las que se abordan y tratan en cada una de estas fichas, en las que aparecen vegetales tan conocidos como la cannabis, la coca o el ginseng, y más exóticos como el eleuterococo, el loto indio o la rosa silvestre.
En cuanto a las fichas, cabe decir que no son tan completas como cabría esperar, si bien son amenas y se leen con agrado; se encuentra a faltar, por ejemplo, una receta de preparación y dosificaciones para cada una de ellas. Pero como viene a decidir el autor en el epílogo del libro, 'cada uno es cada cual', por lo que si una persona siente curiosidad por la relación entre el reino vegetal y el sensual, deberá aproximarse a ellas con cuidado, con respeto -por no decir reverencia y luego devoción-, experimentar con dosificaciones bajas -pues algunas plantas pueden resultar tóxicas-, y decidir cual es beneficiosa para uno y cual no lo es.
Un aspecto a agradecer de la edición es que en las páginas dedicadas a cada planta se muestra una bella imagen de la misma.
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