Comentario de la Librería
Este fue el primer libro que escribió Elisabeth Kübler-Ross. Después de llegar a EE.UU. y trabajar en un hospital con enfermos mentales, esta terapeuta emprendió una nueva labor: el acompañar a enfermos terminales. La base de su tarea, tanto con los enfermos mentales como con los pacientes terminales, fue escuchar y compartir sin juzgar: abrir su atención a lo que los pacientes querían decir, a sus pensamientos, anhelos y a las inquietudes que estas personas no se atrevían a comunicar a sus familiares o el personal sanitario.
A pesar de que en apariencia sus métodos eran poco ortodoxos -tratar a los pacientes como personas, en lugar de verlos como enfermos-, los éxitos que obtuvo E. Kübler-Ross fueron notables: un buen número de enfermos mentales logró retomar una vida independiente, con autonomía respecto a hospitales o tratamientos médicos. Y en lo que se refiere a personas que se enfrentaban a la muerte, logró facilitar la comunicación con la familia así como que la persona pudiera afrontar con más entereza y serenidad la posibilidad del tránsito.
Menos enfocado a la dimensión espiritual de la existencia que otros libros de la misma autora, en este ensayo E.K.R. volcó todo lo que había aprendido en su primera fase de trabajo con pacientes terminales: el tiempo de acompañamiento, de escuchar y de compartir... La autora también plasma las reticencias que se encontró con el resto del personal sanitario -médicos y enfermeras- para poder llevar a cabo su labor: en cierta manera, la muerte es un 'tabú' para nuestra sociedad.
En el libro se presenta lo que E,K.R. denominó Las 5 etapas del duelo: el estado mental y emocional por el que pasa una persona desde que le es diagnosticada una enfermedad grave hasta el momento en que hace 'las paces' con su situación personal. Estas cinco fases son: negación, ira, pacto, depresión y aceptación -fases, o estados psicológicos, que en cierta manera la autora observó como un denominador común en los pacientes con enfermedades graves a los que acompañó.
En una sociedad en la que se esconde la muerte, no sólo físicamente (en hospitales) sino que también psicológicamente (con la falta de comunicación entre la familia y el enfermo terminal), este era un libro necesario, y que se convirtió por derecho propio en un clásico del siglo XX -y a la vez que ayudó a desarrollar, junto con el libro de Raymond Moody Vida después de la vida, los estudios sobre tanatología.
|