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Librería Muscaria |
Libros sobre Psiconáutica |
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NOTA: En esta página pueden adquirirse juntos los dos ejemplares de los Shulgin (PIHKAL y TIHKAL), a un precio total de 74,5 euros. Comentario de la librería Muscaria al libro: PIHKAL. Una histórica química de amor Este libro tiene dos partes. La primera es biográfica y la segunda química. La biográfica cuenta la historia de sus autores, un matrimonio californiano cuya vida se ha centrado en la investigación de las sustancias psiquedélicas. Él es químico de profesión, y se ha dedicando 40 años a la síntesis de nuevos compuestos desveladores del alma; ella es escritora, investigadora y dada al uso de esta sustancias en terapia. Después de su primer encuentro con las sustancias desveladoras del alma -él con la mescalina y ella con el peyote-, cuentan el descubrimiento de los principales compuestos que tanto por su impacto social como por su importancia científica merecen un estudio especial ; sigue también su relación personal, el conocimiento de diversos personajes de la escena americana del mundo de las sustancias psiquedélicas, el empleo terapéutico de las mismas, las trabas legislativas y su vertiente trascendente entre muchos otros aspectos. A destacar de la narrativa el gran sentido del humor de Alexander y la sensibilidad de Ann. La parte química de este libro, que abarca su segunda mitad, es la formulación de la síntesis química de 179 compuestos psiquedélicos, muchos de ellos ideados por la pericia visionaria de Alexander Shulgin. La base común a todos estos compuestos es su pertenencia el grupo de las fenetilaminas, y los estudiados en esta sección son todos ellos psiquedélicos, como la mescalina, la MDMA, la MDA, el 2-CB, el 2-CT-2, y una larga lista hasta completar los 179. Al ser el principal interés de Alexander el sentar una base para un futuro estudio de los psiquedélicos y su interacción con la mente humana, cada sustancia tiene los siguientes apartados: síntesis, sólo apta para químicos diligentes; dosificación; duración de la experiencia; descripción de sus efectos (relatos de experiencias); y por último una de las secciones de más interés: posibles líneas de desarrollo de esta molécula partiendo de sus propiedades particulares: potenciación de sinestesia, de la sensualidad, de introspección, de visiones... Decir también que el inglés de este libro no es nada complicado. Carente de palabras difíciles, es apto para una persona con un nivel medio de inglés -y puede servir perfectamente como un texto para mejorar el nivel de lectura en este idioma-. Si esto lo completamos con el atractivo que presenta su lectura, cuya trama juguetona y desenfadada nunca decae, casi podemos decir que es un complemento ideal para alcanzar una lectura fluida en este idioma -ya se sabe que no hay nada como un tema que nos interese para aprender un idioma. El título del libro responde a 'fenetilaminas que he conocido y querido' (Phemetilamines I Have Known And Loved). Su publicación fue seguida al cabo de unos años por el libro TIHKAL. The continuation , en el que se siguen explorando los quehaceres del movimiento psiquedélico a la vez que se presentan un sinnúmero de compuestos psiquedélicos de la familia de las triptaminas. NUEVO MATERIAL de la edición en castellano de PIHKAL:
Comentario de la librería Muscaria al libro: TIHKAL. La continuación Primero de todo, decir que este libro es la continuación de un volumen precedente, escrito por los mismos autores y de formato similar al presente: PIHKAL. Una história qúmica de amor. Ambos libros pueden leerse de forma independiente, y lo que los diferencia es el tipo de sustancias psicoactivas sobre los que versan: si el primero trata de los psiquedélicos de la familia de las fenetilaminas (mescalina, MDMA, 2-CB...) este segundo narra el estudio de los compuestos de la familia de las triptaminas (LSD, psilocibina, DMT...). Los dos tratados están estructurados en dos partes: la historia literaria, que narra el descubrimiento y creación de nuevos compuestos, junto con la historia social estadounidense en relación a los psiquedélicos y la relación personal de los autores; y la parte química, que describe el proceso de síntesis de los compuestos, dosis, experiencias y nuevas lineas de investigación. Dicho esto, centrémonos en el presente libro. La primera parte, la biográfica, arranca allí dónde terminó el relato del primer libro, a principios de los 90. El capítulo de apertura narra la irrupción de la policía de la DEA (agencia americana para las drogas) en el laboratorio de Alexander Shulgin, aparatosa visita que se salda con la retirada del permiso que este químico disponía para investigar nuevos compuestos psicoactivos y psiquedélicos. Siguen a este capítulo apartados menos conexos que los del primer libro, saltando desde un viaje a Brasil, para participar en una reunión con un grupo que usa la MDMA con finalidades espirituales y un viaje a España en el que aparecen Escohotado y la ruta del bakalao, para ir luego a Lourdes, repasar en otro capítulo su experiencia con los hongos psilocíbicos, o una enigmática relación epistolar con un 'corresponsal' en San Petersburgo. Agrupados en secciones por unidades temáticas, también se tratan extensamente el uso de los psiquedélicos en terapia, el estudio de las triptaminas en los vegetales, así como el universo de la ayahuasca, temas desconcertantes como la existencia del big-bang, en los que la genial y sarcástica pluma de Alexander desmontará las ideas más asentadas de cualquier contribuyente, o un apartado final, de tipo filosófico, sobre drogas y legislación. La parte química conserva la misma estructura que en el primer libro, excepto en que en el presente se estudian sustancias de tipo triptamínico. Estructurado en un apartado de síntesis, dosificaciones, tiempo de duración de efectos, relatos de experiencias y nuevas lineas de investigación para cada molécula, en esta parte se tratan las principales triptaminas conocidas (LSD, 5-Meo-DMT, baeocistina) así como nuevos compuestos, muchos nuevos e ideados por la creativa mente de Shulgin, hasta un total de 55 psiquedélicos. A destacar del presente volumen los interesantísimos apéndices, muy técnicos y dirigidos al lector estudioso, que tratan sobre la legislación sobre psiquedélicos, un glosario de términos psiquenáuticos, nuevos alcaloides hallados en cactáceas, a las histaminas, las carbolinas y a las triptaminas conocidas. El libro dispone de un completo índice de las sustancias estudiadas. NUEVO MATERIAL de la edición en castellano de TIHKAL Añadidos especiales de la edición española, no existentes en la inglesa:
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Este libro será cosas diferentes para distintas personas. Nunca ha habido otro como él, y es posible que nunca haya otro del mismo tipo. Aunque es dudoso que se incluya en las listas de los más vendidos, ninguna biblioteca de literatura psiquedélica estará completa sin un ejemplar de PIHKAL. Durante casi treinta años, uno de los autores, el doctor Alexander Shulgin, conocido cariñosamente por sus amigos como Sasha, ha sido la única persona que ha sintetizado y después probado en él mismo, en su esposa Ann y en su grupo de amigos, cerca de doscientas sustancias químicas antes desconocidas. El inicio de PIHKAL es autobiográfico, y detalla las vidas de dos personajes de ficción, el doctor Alexander Borodin, conocido por sus amigos por el diminutivo en ruso de «Shura», y Alice, que posteriormente se convierte en su mujer. En las dos primeras partes, Shura y Alice describen los caminos individuales que llevaron a cada uno de ellos a una fascinación por los psiquedélicos y, en último término, a la fascinación tienen el uno por el otro. En la tercera parte, narran más de una década de aventuras juntos, viajes que suelen venir canalizados por la ingestión de alguno de los nuevos compuestos químicos creados por Shura. La segunda mitad del libro es un compedio casi enciclopédico de métodos de síntesis, dosis, duración de efectos y comentarios, de 179 sustancias químicas distintas. Es básicamente una transcripción de los cuadernos de laboratorio de Sasha, con algo de material adicional tomado de la literatura científica. Algún día, en el futuro, cuando vuelva a ser aceptable utilizar herramientas químicas para estudiar la mente, este libro será todo un tesoro, una especie de libro de fórmulas mágicas, para deleite y disfrute del psiquiatra/chamán del mañana. (Del prólogo, escrito por el doctor David E. Nichols, Profesor de Química Medicinal, Universidad de Purdue)
Carta abierta de Jonathan Ott (en apoyo de la traducción al español) Comparto con varios colegas castellano-hablantes (los que hablamos «español») un aprecio y una admiración profunda por el trabajo químico y psiconáutico del recién difunto químico usano, Alexander T. «Sasha» Shulgin; especialmente por su divulgación para los no especialistas gracias a dos libros pioneros, PIHKAL y TIHKAL (de los que es coautora Ann Shulgin, su viuda). Más que con cualquier otro colega mío, compartí la orientación política marcadamente libertaria de Sasha (ambos considerábamos que nuestro trabajo científico era una especie de acción política) y el deseo de poner definitivamente los avances en química y chamanismo en las manos de cualquiera que los honrase y valorase; que deseara explorar sus múltiples potenciales. Como colegas en el negocio de la autoedición, Sasha y yo sostuvimos varias discusiones de carácter estratégico relacionadas con el negocio editorial. Me decía que su principal idea consistía en publicar sus libros de la manera más económica posible (para eliminar a los intermediarios, además de utilizar los materiales y las encuadernaciones más baratas y cosas por el estilo), para así ponerlos al alcance del mayor número posible de psiconautas. Compartimos también la convicción —Sasha y yo— de que nuestra mejor oportunidad para combatir personalmente la fuerza de control y coacción pseudocientífica y médico-dogmática, esencialmente anti-democrática, consistiría en difundir lo más ampliamente posible, la que él tal vez habría llamado «la ciencia psicodélica», y que yo más bien denominaría la enteobotánica o la enteognosia. Con la publicación de PIHKAL y TIHKAL, hace unos 20 años, Sasha y Ann propinaron unos golpes mortales contra aquel malvado imperio de la prohibición. Sin embargo, su publicación tan sólo en inglés, por fuerza excluyó a los castellano-hablantes, lamentablemente. Por ello, en este momento, deseamos traducir PIHKAL y TIHKAL al castellano, para que se publique en España y Latinoamérica, gracias a la labor de los traductores del Proyecto Shulgin en Español, que son, a su vez, especialistas en determinadas disciplinas importantes para captar todos los matices expresados por mis grandes amigos, los Shulgin. Este grupo de traductores me ha comunicado que van publicando algunos capítulos de los libros en su página web, y que entablan contacto con sus seguidores y demás interesados por los psiquedélicos en su grupo de Facebook. El director es J. C. Ruiz Franco (filósofo, nutricionista, traductor y escritor), co-fundador del proyecto junto a Alfonso Barba (bioquímico, traductor y antiguo miembro de la Asociación Eleusis), principal traductor de la parte química; cuentan asimismo con Antonio Cillero (ingeniero químico y traductor, además de creador de la página web del proyecto), Igor Domingo (periodista, quien además de traductor, es el principal corrector), Ricardo Marticorena (bioquímico y traductor), que traduce secciones de la parte química y se hace cargo de algunos de los pasajes más complicados, y Mari Mar Adrián, que se encarga de la tarea de comunicación. Guillermo Herranz, editor personal de Antonio Escohotado, y su esposa Cris, también están colaborando en el proyecto. Y por último —pero no por ello menos importante—, no puedo olvidar decir que se une al grupo de traductores el ilustrado psiconauta mexicano Mario Manjárrez, quien, según me comunica Ruiz Franco, ya tiene experiencia en traducir a Shulgin a través de su página web. Él va a ser el representante del proyecto en Norteamérica y Centroamérica, por lo que la dirección, desde España, le pondrá en contacto con las gentes de esta tierra en la que vivo desde hace muchos años, con los americanos hispanohablantes que se interesen por el proyecto. Por todo lo dicho, solicito vuestra ayuda (personas, medios de comunicación, empresas y cualquiera que tenga relación con la enteogenia o tenga interés por ella) para poner el trabajo de los Shulgin al alcance de todos los hispanohablantes, tanto los de España como los de América —sean éstos latinos o anglos—, además de a la mayor parte posible de los más de siete mil millones de personas que pueblan nuestro planeta, entre los cuales la comunidad de psiconautas no deja de crecer. Como discípulo de Shulgin que fui —en su nombre y para hacer honor al legado que nos dejó en PIHKAL y TIHKAL, obras que evidentemente contienen la mejor y más extensa información sobre sustancias enteogénicas, y que todos los psiconautas deberían leer—, me he comprometido a revisar la traducción de los dos libros y a redactar prólogos o introducciones para cada uno de ellos. Mi amiga, la artista enteobotánica Donna Torres, se ha ofrecido amablemente para ilustrar las ediciones en castellano (tanto las portadas como la primera página). Por ser medio colombiana y medio canadiense, y por residir en Miami junto a su marido cubano-americano, C. Manuel Torres, Donna ejemplifica la naturaleza dual de los EE UU en el siglo XXI: al estilo del dios Jano, es a la vez latina y anglo; los EE UU, un país que es bilingüe de facto, si bien no de iure, sin olvidar que es también parte clave de Latinoamérica. Os pido a todos los que leáis estas líneas que escribo, y que envío personalmente a Ruiz Franco y su equipo de traductores, que tengáis a bien colaborar para ayudarnos a poner el trabajo de Sasha y de Ann al alcance de todos y cada uno de los hispanohablantes, españoles o latinoamericanos, sin importar que habiten, dentro de este continente donde yo también vivo, en los helados territorios boreales de Yukon o en la igualmente gélida Tierra de Fuego; o en cualquier otro punto intermedio de esta vasta región, que literalmente cruza todo el globo terráqueo; y sin olvidar a nuestros amigos ibéricos de España, con sus antiguas relaciones coloniales que tuvieron por todo el mundo, hecho que hace posible que el castellano sea un idioma tan internacional como el inglés. Yo sé, con total seguridad, que Sasha habría apoyado este proyecto con entusiasmo y con todo su corazón. Y probablemente habría añadido que es: «FAAAAAAN—TAAAAAAS—TIC!». (Jonathan Ott, San Andrés Tlalnelhuayocan, Veracruz, México, 25 de noviembre de 2014) |
Extracto del Prólogo, escrito por ALEXANDER SHULGIN: Soy farmacólogo y químico. He pasado la mayor parte de mi vida adulta investigando la acción de las drogas: cómo se descubren, qué son, qué hacen, de qué forma pueden ser útiles (o perjudiciales). Pero mis intereses se apartan un poco de la corriente convencional de la farmacología y se mueven en un ámbito que considero mucho más fascinante y gratificante, el de las drogas psiquedélicas. La mejor forma de definir las sustancias psiquedélicas podría ser como unos compuestos no adictivos físicamente que modifican temporalmente el estado de nuestra consciencia. Extracto de la Dedicatoria de ANN SHULGIN a la Edición en Castellano: Siento una gran alegría al saber que estos dos libros, PIHKAL y TIHKAL, se han traducido a vuestro idioma. Sasha y yo pasamos muchos días en España, especialmente en Barcelona, una de nuestras cuatro ciudades favoritas de todo el mundo, donde disfrutamos de excitantes aventuras con nuestros amigos españoles (…) Ahora que Sasha nos ha dejado, revivo aquellos días contemplando las numerosas fotografías que hicimos en Barcelona, Madrid y muchos otros maravillosos lugares (…) En cuanto a los lectores que viven en la otra parte del Océano Atlántico, especialmente los mexicanos, me gustaría enviarles un saludo (…) Espero que disfrutéis de nuestros libros. Yo, Ann Shulgin, os envío mis bendiciones. Extracto del «Proemio a Feniletilaminas que he Conocido y Amado», por JONATHAN OTT: La publicación original de PIHKAL marcó un punto de partida en mi desarrollo profesional… mejor dicho, la edición de un pequeño artículo en la revista trimestral Whole Earth Review, en el verano de 1991. El artículo, por Alexander T. (‘Sasha’) Shulgin, anunció la inminente publicación de PIHKAL, que salió en diciembre de aquel año. Yo había conocido a Sasha Shulgin dieciséis años antes, en la primavera de 1975, en Berkeley, California, al este de la Bahía de San Francisco. Al terminar mi carrera universitaria, en vísperas de comenzar dos años de estudios en México, andaba yo por el ‘Área de la Bahía’ (como lo llamamos: Bay Area) en busca de una editorial para mi primer libro (tuve éxito, y el libro salió en el otoño de 1976). Algún amigo mutuo me presentó a Sasha en su casa campestre al este de las Lomas de Berkeley, que enmarcan la Bahía (antiguamente forradas de árboles Sequoia de cien metros), igual que las Lomas de San Francisco al oeste (cubiertas de casas victorianas, hechas con la madera de aquellos árboles). Aunque Sasha Shulgin y yo tuvimos escasa relación durante la siguiente década, nuestro breve encuentro tuvo un impacto gigantesco sobre mi vida profesional. Naturalmente visitamos su laboratorio campestre, ¡que fue toda una revelación para mí! (…) Entonces leí aquel artículo de Sasha, donde él explicó los porqués de optar por la autoedición popular de datos muy técnicos sobre drogas visionarias, los mismos que él hubiese querido mejor publicar en la literatura química profesional, como antes hacía. Me dio un gusto enorme conocer los planes de Sasha (junto con su segunda esposa, Ann, todavía desconocida para mí por entonces), a la vez que ¡me provocó una terrible crisis de tipo existencial! En resumen, me hizo sentir (por muy exitoso que yo me imaginaba) que no había cumplido plenamente con mi deber político, un deber estrechamente ligado con mis dotes como escritor. En mi racional ansiedad por salvar mi pescuezo de la histeria política en torno a las ‘drogas’, era innegable que ¡me había autocensurado! (…) Así que debo a PIHKAL y a la pareja Shulgin el ímpetu que me llevó a materializar Pharmacotheon, y les estaré eternamente agradecido. (…) Por supuesto, PIHKAL ha tenido una amplia influencia, que trasciende mi vida y trayectoria profesional. En términos científicos, es el primer estudio comprensivo de la relación estructura–actividad, entre compuestos químicos tipo mescalina (feniletilaminas), basado en rigurosos bioensayos psiconáuticos, que cubre 179 compuestos; la mayoría son novedosos (o sea, de la propia invención y síntesis de Sasha Shulgin). Se explica, con un mínimo de jerga química, las rutas más prácticas de síntesis de cada derivado. Se detallan también los representativos bioensayos realizados, con información sobre dosis, así como los efectos experimentados por los Shulgin (y después por su cofradía de amigos–cobaya). Cuando de productos naturales se trata, proporciona datos sobre las fuentes botánicas. No es en absoluto hiperbólico decir que PIHKAL marca un antes y un después en el estudio de los estimulantes y los enteógenos de tipo feniletilamina, derivados de la estructura del prototipo, la mescalina (del cacto mejicano péyotl). Como si fuese un sol naciente, PIHKAL iluminó, con una riqueza de datos, un campo entonces recóndito y escueto, donde reinaba bastante más sombra que luz. Por monumental que haya sido, el impacto científico de PIHKAL palidece en contraste con su influencia sociológica, que sigue en desarrollo. (…) No cabe duda de que PIHKAL ha sido un libro ‘revolucionario’ (como aquel libro epónimo de Copérnico en 1543, sobre la ‘revolución’ de los orbes celestes); que marca una nueva época; un antes y un después. La ciencia, el conocimiento, siempre ha sido un arma de doble filo. Ann y Sasha Shulgin frotaron una prodigiosa ‘Lámpara de Aladino,’ lo cual conllevó, a la vez, abrir una tenebrosa ‘Caja de Pandora.’ Estamos eternamente en deuda con ellos, y el mundo ya jamás será igual. Extracto del artículo «Rememorando a Sasha Shulgin», de ANTONIO ESCOHOTADO: (…) Cuando nos conocimos, me sorprendieron sus ojos pequeños y vivaces, envueltos por la blancura del pelo y la barba, y unos minutos de broma tras broma –pues así solía comunicarse– calmaron el temor reverencial que me producen todos los émulos de Merlín, el druida, pues allí estaba evidentemente uno de los eminentes. Luego leo que fui para él «a totally charming philosopher/drug expert/writer […] my dear friend», y me entran ganas de llorar, porque no volveremos a tomar las tapas de Cuenllas y una secuencia de copas, donde el Vega Sicilia fue poco homenaje para un sacerdote de Dionisos tan sincero y fértil. Después tendríamos ocasión de acercarnos a apurar un tonel, gracias a tres visitas suyas más en las cuales nunca perdonó un vaso de tinto, tanto fino como peleón. (…) Rivalizó en catering con Albert [Hofmann] y Jonathan [Ott] durante los cursos de El Escorial, y al menos en dos ocasiones el Felipe II fue un hotel invadido por la psiquedelia, donde no ya alumnos, sino secretarias, barman y ascensorista intercambiaban experiencias con los ponentes. Celebradas la víspera del día libre, esas ingestas se hacían calculando picos y mesetas de cada producto, para que la altura empezase a cundir hacia las 3, y que yo sepa todo el mundo viajó satisfactoriamente a despecho de ser muchos. (…) Óptima moralmente puede considerarse una substancia descubierta por él como la 2-CB, activa desde los 5 miligramos, que hasta los 25 resulta insuperable, y a partir de entonces se torna desagradable. 40 miligramos sumen normalmente en terror, y si no recuerdo mal no sabemos de nadie que haya osado tomar el doble o más, padeciendo previsiblemente un ataque más o menos suicida de pánico. (…) Tengo entendido que nunca dejó de ser un bromista, agraciado con una muerte tranquila, y me gustaría que esta edición llegase a manos de Ann –a quien supongo todavía bebiendo agua con hielo a través de una pajita–, haciéndole saber que las visitas de ambos a estas tierras dejaron huella indeleble, y su obra pasa al castellano porque era ya parte de nuestra lengua, como todo lo capaz de trascender el filtro del tiempo. Son guerreros de la libertad total, que diría el primer Castaneda, y nos legan puertas primorosas para salir de la rutina sin perder el norte. |
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