Introducción del libro
El Tao Te Ching es una descripción maravillosamente acertada de la mente en armonía con las cosas tales como son. La China antigua, la América moderna ¿qué importa? No hay tiempo ni espacio. Cuando dejas de creer tu propio pensamiento, la vida no requiere esfuerzo.
Según mi experiencia, la confusión es el único sufrimiento. Confusión es cuando arguyes con lo que es. Cuando estás perfectamente claro, 10 que es, es lo que deseas. Así que, cuando deseas algo diferente a lo que es, puedes comprender que estás muy confundido.
A medida que indagas tus propios pensamientos, descubres cómo el apego a una creencia o historia causa sufrimiento. La condición natural de la mente es la paz. Luego, llega un pensamiento, tú lo crees y la paz parece esfumarse. Notas en seguida la sensación de estrés, y la sensación te avisa de que estás oponiéndote a lo que es por creerte el pensamiento; te dice que estás en guerra con la realidad. Cuando cuestionas el pensamiento que está detrás de la sensación y comprendes que no es verdad, adquieres presencia al margen de tu historia. Luego, tu historia se disuelve a la luz de la consciencia, y sólo queda la consciencia de lo que realmente es. Paz es lo que tú eres sin esa historia, hasta que aparece la siguiente. A la larga, la indagación cobra vida en ti como la respuesta silenciosa, natural, de la consciencia ante los pensamientos que llegan.
Cuando el Tao Te Ching habla de «el Maestro», describe a alguien con una mente en paz: un amante de 10 que es. En este libro, uso el término Maestro porque se encuentra en el Tao Te Ching, y uso el pronombre «ella» porque sólo puedo hablar de mi propia experiencia. Sin embargo, Maestro o Maestra no es una palabra que utilizo normalmente. Implica que no todos enseñamos de la misma forma. Yeso no es verdad. Todos tenemos la misma sabiduría. Está distribuida de una manera absolutamente equitativa para todos. Nadie es más sabio que otro. En última instancia, nadie te puede enseñar más que tú mismo.
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