Introducción del libro
Decidirse a cultivar una planta de marihuana por y para uno mismo te sitúa sin quererlo en un curioso proceso de maternidad/paternidad. Casi todos los cultivadores profesan hacia la planta en cuestión un mimo no menos considerable que el de un padre primerizo ante los balbuceos de su bebé. Creo que no es casual que muchos acaben hablando de sus «niñas» y que la cosecha, después de una gestación próxima a los nueve meses, merezca felicitaciones e intercambio de puros entre los orgullosos padres. «Las semillas germinaron en marzo, crecieron con fuerza, maduraron en junio, florecieron en agosto, en el otoño estaban estupendas. De salud bien, gracias. Se parecen a mamá».
Como en todo, hay parientes previsores que antes de tener siquiera la semilla se han abastecido de macetas, tierras especiales, los mejores abonos, lámparas de sodio, sistemas de irrigación por goteo y walkie-talkies por si las niñas se despiertan por la noche en la habitación contigua. Hay quienes buscan el mejor momento para germinar teniendo en cuenta las fases de la luna, la situación geográfica, los vientos y la temperatura. Otros pueden dedicar su tiempo a elegir la música más adecuada para su crecimiento, las mejores palabras, las caricias oportunas. Todo eso está bien, sobre todo para los progenitores ... Es un entretenimiento apasionante.
Pero si uno es primerizo, o bastante novato, o no es especialmente aficionado a la botánica, unas palabras de tranquilidad y alivio: el niño siempre acaba saliendo adelante. De hecho, la planta de la marihuana es muy agradecida. Los consejos básicos para su cuidado no son complicados. Las instrucciones que se dan en este libro van en este sentido. Cultivar marihuana para el autoconsumo es fácil y nos evita recurrir al mercado negro en busca de cannabis si lo necesitamos. Los enfermos que hoy hacen cola en las asociaciones de consumidores, totalmente ajenos el mundo cannábico y acuden allí buscando un consuelo para sus enfermedades, tienen en el auto cultivo una opción de primera para autoabastecerse de su medicina.
Luego siempre habrá tiempo para profundizar en los conocimientos, enzarzarse en procesos más complicados, cruzar especies, probar técnicas y tecnologías, convertirse en un auténtico especialista. Aquí hemos querido ofrecer de forma muy clara unas bases sólidas para asegurar a todo el mundo el cultivo exitoso de una planta. No se necesita más. La experiencia, los errores y el aprendizaje continuo harán el resto.
|