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Cuenta la leyenda que Lilith fue la primera compañera de Adán. De todas maneras, éste, contrariado, asustado y molesto por la actitud independiente de su pareja reclamó a Dios una esposa más convencional (con lo que Eva entró en escena). Desde aquél entonces Lilith se desmaterializó y pasó a formar parte en el mundo de los sueños, de los espíritus y de las necesidades no reconocidas. Astrológicamente Lilith (o la Luna Negra) viene a significar la parte emocional indómita y no atendida que acarreamos desde nuestra infancia. Los deseos y necesidades no expresados, que se manifiestan a lo largo de la vida a modo de fantasmas, deseos no reconocidos, o actitudes y perspectivas inmaduras. Y, en definitiva, un punto en nuestra carta astral (y de nuestra vida) que reclama atención, reconocimiento, libertad de manifestación, aprendizaje y maduración. Este ensayo aborda extensamente el significado de Lilith, presentando delineaciones sobre su emplazamiento en los Signos, las Casas y en aspecto con los Planetas de la Carta. El autor ha escrito este ensayo junto con otro dedicado a Quirón (el sanador herido), pues considera que estos dos aspectos de la carta son de gran importancia para descubrir los bloqueos que nos impiden avanzar, pues son puntos que necesitan de una 'sanación': Quirón como proceso de adaptación de una carencia a nuestro mundo, y Lilith como proceso de nuestro adaptación a su personalidad. De una enciclopedia sobre astrología (wikiastro): Lilith, también conocida como la Luna Negra, no sólo es difícil de definir astronómicamente, sino también difícil de interpretar. Desde un punto de vista astrológico, Lilith se asocia a los aspectos más ocultos y misteriosos del arquetipo femenino, con la independencia, la rebeldía, el orgullo y la fuerza. La larga tradición en la cultura occidental de suprimir lo femenino ha hecho que Lilith parezca tener aspectos amenazantes. Sin embargo, esto sólo es cierto si es desterrada en la inconsciencia. Por último, la integración y el desarrollo de la energía simbolizada por Lilith -tanto en hombres como en mujeres- es parte de un proceso que conduce a una vida más inclusiva e integradora. El sufrimiento insondable asociado con los temas de Lilith es a menudo un requisito previo para el desarrollo del potencial artístico.
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Índice del Libro | ![]() |
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Según cuenta la leyenda, Lilith representa a la mujer primigenia, la compañera de Adán antes que Eva. La mitología la describe como un ser desposeído de presencia física, hecho que lo hace especialmente poderoso. Representa registros de nuestra personalidad que resultan recónditos para el control consciente. Al no resultar fácil mostrarse abierta y llanamente, Lilith se cuela en nuestra vida a través de anhelos, sueños, fantasías y acontecimientos aparentemente azarosos o caóticos que interfieren en nuestra vida corriente de mil y una maneras. Se podría decir que Lilith es la voz de la parte no atendida de nuestra niñez o de nuestros anhelos infantiles; una voz que clama sin que se la haya escuchado con el detenimiento adecuado. Lilith expresa registros de nuestro yo infantil que no quedaron bien integrados en el modo de vida convencional que después hemos tratado de construir. Así, pues, la acción de Lilith atañe especialmente a emociones cuya expresión no fue bien admitida por el sistema de relaciones familiares y sociales. Lilith es la exorcista que abre la puerta del armario emocional, retándonos a que expongamos aspectos de nuestra personalidad que con el control habitual no solemos dejar ver voluntariamente. Su auténtico propósito es que nuestra verdadera personalidad se muestre tal cual es ante la luz del amor, el entendimiento y la comprensión. |
La Mitología Cuenta la leyenda que, antes que Eva, Lilith fue la primera compañera de Adán. Ambos mantenían una relación tensa e intensa. Adán deseaba ejercer un papel dominante en la relación, y Lilith rehusaba quedarse en un segundo plano. Ante tal situación, Adán se dirigió a Dios para quejarse de las pretensiones de Lilith y pidió que creara otra mujer para él. Entonces Dios desmaterializó a Lilith y formó a Eva a partir de una costilla de Adán. En otros textos se cuenta que fue ella misma quien protestó y decidió desaparecer y trasladarse a la región del Aire. Desposeída de su cuerpo, desde entonces Lilith pervive en el ámbito psíquico desde donde trama su venganza por el castigo recibido. Por otro lado, Dios, aún habiendo accedido a la petición de aquél, pactó con Lilith que ella mantendría su presencia en la vida de Adán y de Eva en forma de sueño o anhelo a través del cual ambos la recordarían eternamente. De alguna forma Dios y Lilith, aunque cada uno con una intención diferente, se pusieron de acuerdo en vengarse de Adán. Lilith lo hizo por el desprecio que Adán hizo de ella, y Dios, por lo desatinado de la petición, todo y habiéndole concedido el deseo. Aspectos Reprimidos de la Personalidad: El Enfado Interior Lilith, o la Luna Negra, representa la expresión más inmadura de la persona, probablemente debido a reacciones que resultaron reprimidas o indebidamente canalizadas por el entorno afectivo. Las necesidades reprimidas, más adelante, en el proceso de maduración individual, pedirán ser atendidas a través de señales que la persona puede llegar a percibir y ubicar. Estas señales no se presentan claramente, sino, más bien, a través de reacciones impropias en una persona adulta. Si no son reconocidas, estas necesidades no canalizadas pueden provocar el desmoronamiento de un estilo de vida aparentemente ordenado. El Signo, la Casa, y especialmente los aspectos de la Luna Negra con otros Planetas, indican qué rasgos de nuestra personalidad pueden boicotearnos si no han sido atendidos por nuestra identidad adulta. Una posibilidad de percibir estos rasgos nos la proporcionan determinadas expresiones reivindicativas que no cuadran con la manera razonable de autoexpresión que una persona adulta y equilibrada emplearía para dar a conocer sus necesidades, Nuestra Luna Negra personal se expresa a través de golpes desconocidos, que no son más que expresiones de aspectos escindidos de nuestra personalidad que piden ser atendidos, reconocidos e integrados. La integración de estos rasgos raramente se hace en paz, sino a través de experiencias turbias o tumultuosas que ponen en entredicho nuestra conducta adulta. Lógicamente la intensidad de esos procesos varía sustancialmente de una persona a otra. La Luna Negra comporta una alta sensibilidad ante el rechazo. Pero lejos de que este rechazo actúe postrando a la persona, más Bien lo que acaba provocando es un fuerte anhelo de recuperación de estos aspectos marginados de la personalidad. Entretanto los anhelos reprimidos o no expresados abiertamente no sean tenidos en cuenta, la persona quizá llegue a optar por llevar una doble vida: por un lado ejerce como adulta, y por otro lado hace un apartado en su vida en donde poder experimentar lo que en la niñez y en la adolescencia le fue vetado. Como decía antes, la recuperación finalmente sobreviene como consecuencia de crisis sintomáticas: reivindicaciones expresadas con un tono chocante, golpes escondidos, situaciones tumultuosas, actitudes turbias, reacciones fuera de lugar, conductas boicoteado ras, e incluso a través de problemas de salud. Y todo ello pueden ser tomado como expresión de un enfado mal curado. |
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