Comentario de la Librería
¿Han oído hablar de unos pequeños seres que se desplazan entre los bosques corriendo a toda velocidad, y que llevan en su cabeza un enorme gorro encarnado -además de largas y blancas barbas? Ahora me dirán: son los pitufos, o los smurfiers, los gnomos !!! Pues bien, no vamos por mal camino. Desplazados hace tiempo del imaginario colectivo, estos pequeños seres habitaban las leyendas y los cuentos de nuestros antepasados -como los poblaban también los elfos, las hadas, los dioses, los héroes o lo gigantes. Hoy en día los televisores, las máquinas y los teléfonos móviles les han arrebatado el protagonismo, con sus promesas de progreso y de edificar un mundo nuevo. Pero a pesar de que el ser humano se haya encerrado en los bloques de las grandes ciudades, y a pesar de que hayan perdido agudeza visual para ver a los espíritus de la Naturaleza, no conviene olvidar lo que de estos pequeños seres cantaron los bardos y narraron los cuentistas de la antigüedad.
Lo primero que hay que saber es que los enanos no son lo mismo que los elfos, estos simpáticos acompañantes de las hadas, o que los duendecillos, esos seres traviesos e insidiosos que gustan de gastar bromas a los humanos, y que no paran en sus empeños de ponerlo todo patas arriba. Los enanos y los gnomos han estado siempre asociados a las cuevas y a las grutas, a las minas y a los árboles centenarios, guardando tesoros o puliendo piedras preciosas, así como trasegando en labores de minería para extraer minerales preciosos y útiles de las entrañas de la Tierra.
Este libro, el segundo de una serie de 5 volúmenes escritos por el autor, y agrupados bajo el nombre de El universo feérico, sigue al primer ensayo que versaba sobre las hadas y los elfos, y precede a los estudios sobre los gigantes y los dragones, o al de las sirenas y las ondinas. Basándose en un repaso exhaustivo de la literatura folklórica europea sobre los seres elementales -los habitantes del pequeño pueblo-, el autor reconstruye en este estudio todo lo que cabe saber sobre estos seres pacíficos, entrañables y voluntariosos, conocedores de numerosos trucos de magia, nobles y orgullosos, forjadores de espadas mágicas y tesoros increíbles, compañeros de los mineros y a su vez espíritus tutelares y protectores de las casas y los hogares de antaño.
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