Utilizamos cookies para el funcionamiento del proceso de compra. Aceptar cookies. Para saber más pulsar aquí... |
![]() |
![]() |
Librería Muscaria |
![]() |
Libros sobre Cultivo ecológico |
| Ver Cesta |
![]() |
|
|
![]() |
![]() |
Índice del Libro | ![]() |
|
Prefacio Estas instrucciones prácticas para la elaboración de los preparados biodinámicos aparecen con la presente edición por tercera vez, después de la edición de J. Voegele en 1950 y la de Christian van Wistinghausen y Wolfgang Scheibe en 1981. Ha sido ampliada con algunas indicaciones para mejorar su comprensión, y con experiencias sobre su aplicación práctica. Los preparados, frecuentemente denominados también el corazón del método biodinámico, los desarrolló Rudolf Steiner a partir de la Antroposofía en 1924, antes y después del curso sobre agricultura titulado «Principios para el desarrollo de la agricultura, basados en la Ciencia Espiritual» (publicado en castellano bajo el título «Curso sobre agriculrua biodinámica»). A causa de nuestra educación científica, muchas personas se hallan acostumbradas a aceptar al mundo perceptible con nuestros sentidos como el único tema sobre el que se centra nuestro pensar y actuar. Mas el pensar nos construye un puente que va más allá del mundo de nuestros sentidos. Steiner describe a la empresa agrícola como un organismo cuyos órganos son la tierra, la planta, el animal y el ser humano, que forman parte del cosmos entero. «Las fuerzas de la Tierra y del cosmos... obran dentro de la agricultura a través de las sustancias de la tierra». (C.A.) Construyendo sobre esto y partiendo de una visión general, él desarrolló las prácticas que llevaban al método biodinámico. En el Curso de Agricultura, Steiner caracterizó nuestra situación: «La Humanidad no tiene otra elección: o aprende nuevamente algo en los diversos campos, en conexión con el mundo, o deja que la Naturaleza y la vida humana degeneren y vayan muriendo». Muchas personas usan la Naturaleza con su mente y son generadoras de problemas conocidos, sin comprender las conexiones. Los inicios de las soluciones sólo se desarrollan despacio. El método biodinámico es un camino que lleva más allá. Detrás nuestro hay setenta años de experiencia y desarrollo. Hasta hace poco, a muchos agricultores biodinámicos se les había pronosticado un fin próximo, porque no se podía comprender su prosperidad basándose en los puntos de vista y experiencias convencionales. El trabajo se fundamenta realmente en unos conocimientos mucho más amplios que los de la ciencia natural. Por ello no es fácil comprender este nivel fundamental. Pero ¿qué hay más dentro del espíritu de las grandes lecciones, que nos imponen los sucesos de nuestro tiempo, sobre todo el del hambre en el Tercer Mundo, que la activación de todas las fuerzas de cada lugar, para aumentar y asegurar la producción y llegar a una alimentación de alta calidad? (...) El preparado de boñiga 500 En la digestión de los alimentos se descomponen las sustancias construidas por la planta viva, liberándose así energías, fuerzas y sustancias, lo que es fundamental para la construcción del cuerpo humano y animal. El crecimiento de las plantas refleja el proceso respiratorio de la Tierra, exhalante en primavera e inhalante en otoño. En invierno, la tierra está preparada para acoger nuevas fuerzas del cosmos. Las sustancias de la tierra y del aire son transformadas por la planta en sustancia viva con ayuda de las fuerzas cósmicas, por el animal son animadas a través de la digestión, y fertilizadas cósmicamente dentro del cuerno enterrado. El contenido de fuerzas de esta sustancia pasa al agua al removerla en forma de remolino, y se pulveriza junto con ésta sobre la tierra y sobre las plantas jóvenes para vivificarlas. Para la elaboración del preparado de boñiga se necesita cuernos de vaca bien modelados, no dañados, y estiércol fresco sin paja, compacto y bien formado, de vacas preñadas. El mejor estiércol es el de vacas que se han alimentado a cielo abierto con pasto o con trébol, y con una alimentación adicional de paja o heno. No es recomendable alimento ensilado ni hojas de remolacha. La boñiga se recoge a principios de otoño, por San Miguel, en estado fresco, del prado o de la cuadra antes de que se mezcle con la paja. Una vez recogida, hay que utilizarla antes de dos días y protegerla de las heladas si las hubiera, pero lo mejor es llenar el cuerno en fresco. (...) ¿Para qué formar un órgano nuevo para la naturaleza cultivada? Para nosotros abonar significa vivificar la tierra. El efecto va mucho más allá de la tierra. La vivificación debe acoger lo antes posible a todas las sustancias y energías del abono. Según Lievegoed (1992) el abono es como una oruga, que después de su completa transformación se despliega en mariposa, una preparación para la tierra, a través de la cual, después de su transformación se pueden desarrollar las plantas conforme a su ser (Heilmann 1955). Todas las características determinantes de las tierras fértiles, como una estructura suelta, profundidad, capilaridad y contenido óptimo en humus, son construidas y mantenidas por los procesos vitales. Cuanto más faltan estas características, tanto más visiblemente disminuirán las cosechas y se precisará mayor trabajo para mantener su estructura. El mantenimiento y aumento de la fertilidad de la tierra reside en un trabajo continuado, y gracias a ello obtenemos una producción de frutos que no es más que el conjunto de los excedentes que el ser humano puede utilizar como alimento. Este es el continuo deber y preocupación de los agricultores y silvicultores. Con el tiempo, el agricultor aprende qué tipo y cantidad de abono, qué orden en la sucesión de cultivos, laboreo y momentos de siembra corresponden cada vez a las diversas necesidades de los cultivos. Las cuestiones sobre el fluir y el equilibrio de las energías dependen del lugar y son muy importantes. Por ejemplo los dos preparados de boñiga y sílice ayudan a seguir desarrollando el organismo del lugar de manera que no hará falta un tratamiento sintomático, por ejemplo en la lucha contra los pulgones (Heilmann 1993). Bañar las semillas con los preparados del compost fortalece los cultivos (Sattler 1989). Los alimentos Demeter, producidos según el método biodinámico, muestran una mejor calidad (Hoffmann 1990). Si a la tierra se le da el cuidado adecuado, se regenera de forma comparable a como lo hace un rebaño de vacas, que se reproduce y al mismo tiempo produce leche y estiércol. También está claro que la obtención de las cosechas se basa en la mineralización de la materia orgánica, o lo que es lo mismo, que durante la descomposición de ésta o del humus, a la vez que calor, agua y dióxido de carbono, se liberan sustancias minerales que aprovechan las plantas. La formación del humus es decisiva para la fertilidad de un terreno a largo plazo. Aquí la agricultura biodinámica puede aportar y desarrollar aspectos especiales. (...) |
![]() |
![]() |
Otros libros que pueden interesarle | ![]() |
|
|
||||||||
|
|
||||||||
|
|
||||||||
|
|
![]() |
![]() |
|
![]() |
![]() |
|
![]() |
Copyright © 2017-2023 Librería Muscaria | ![]() |