Comentario de la Librería
Este voluminoso libro es un testimonio, una biografía y un reconocimiento a la labor del eminente etnobotánico Richard Evans Schultes, el gran investigador y descubridor de plantas enteogénicas en el continente americano. Escrito por uno de sus discípulos, este auténtico tour-de-force es a su vez un canto de celebración a la riqueza de la flora psicoactiva y medicinal de las selvas tropicales americanas, a la labor apasionada de los etnobotánicos, y también una mención honorífica a la figura de Tim Plowman, el discípulo predilecto de Schultes, compañero de exploraciones del autor, y que tristemente falleció a una temprana edad.
Redactado de una forma muy amena y apasionada, Davis emprendió la tarea de elaborar este libro cuando comprendió la importancia que Plowman había tenido en las esperanzas de Schultes para continuar su labor como investigador de plantas psicoactivas, y lo que su muerte afectó a este gran maestro de la enteobotánica. Al mismo tiempo, Schultes se encontraba ya en los últimos años de su carrera, y poner por escrito y de forma extensa sus exploraciones por la jungla americana suponía un testimonio necesario que aun podía ser llevado a cabo con la colaboración del maestro. Así, Davis emprendió una serie de conversaciones con su profesor, que llenaron 30 horas de cintas; contó también con la extensísima colección de fotografías que Schultes había tomado y comentado a lo largo de su dilatada carrera; también se valió de las más de 27000 fichas botánicas que había elaborado, con anotaciones de fechas, lugares y anécdotas. Llevó a cabo fundamentales entrevistas con colaboradores de Schultes, como R.G. Wasson, el antropólogo Weston La Barre, su esposa, o un repaso a la extensa literatura que había escrito sobre los enteógenos. El resultado de todo ello no es un libro enciclopédico, sino un relato muy vital, que nos lleva en vivo y en directo a los lugares de exploración, descubrimientos y desvelos que recorrió este infatigable etnobotánico.
Agrupando los temas por capítulos, el libro se abre y se cierra con una expedición a la que Schultes envió a Plowman y Davis para estudiar el uso tradicional de la coca en Colombia, en unos momentos en los que el uso de la cocaína empezaba a crear controversia y alarma en los EE.UU. Asistimos a la primera sesión con el peyote, entre los indios kiowas, en la que Schultes y La Barre participaron en los años 20; a la identificación del teonanácatl en Huahutla de Jiménez, durante los años 30, así como el encuentro con las Semillas de la Virgen, el misterioso Ololiuqui en México; o también los numerosos y pioneros contactos de Schultes con la cultura de la ayahuasca, que realizó utilizando su tiempo libre cuando fue enviado para investigar los árboles del caucho en la selva amazónica. Y más allá de los lugares míticos conocidos por los enteogenistas, asistimos en este viaje infinito al amplio horizonte del descubrimiento de plantas psicoactivas allí donde las haya, y también presenciamos la transformación de paisajes geográficos y humanos que ha acontecido en la Amazonía durante los últimos 50 años.
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