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Librería Muscaria |
Libros sobre Chamanismo |
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Después de 30 años de haber escrito el famoso libro La senda del chamán, Michael Harner ha decidido volver a publicar un libro sobre chamanismo. El motivo de este prolongado lapso de tiempo: por una parte, proseguir con la transmisión oral de las enseñanzas chamánicas (como acontece en el contexto tradicional), así como no interferir en las experiencias de las personas asistentes a sus talleres chamánicos con el material publicado. Pero transcurrido este tiempo y habiendo concluido su labor de dirección de numerosos talleres, el autor ha decidido poner por escrito y con amplitud lo aprendido, elaborado y meditado durante su larga trayectoria como investigador occidental en relación a las prácticas chamánicas. Y cabe decir que la espera ha merecido la pena. Harner, antropólogo norteamericano, se adentró en el mundo del chamanismo mediante su trabajo de campo con los jíbaros y los conibo, durante los años 50 y sesenta del siglo XX. Y fue precisamente durante su estancia entre los conibo que el autor tuvo conocimiento de la ayahuasca, así como de sus impactantes desvelaciones. Retornado a los EE.UU., Harner amplió su estudio sobre las tradiciones chamánicas de otras partes del mundo y se dio cuenta de que, además de las plantas enteogénicas, era común utilizar el sonido rítmico producido por un tambor como medio o catalizador para entrar en 'estados expandidos de la conciencia', y así entablar conexión con los espíritus ayudantes que asisten al chamán en su labor sanadora. Fue gracias a este conocimiento, así como su puesta en práctica en diversos talleres, que Harner adaptó la 'técnica chamánica' para un público occidental, como un medio para psiconavegar por los reinos del 'inconsciene' y así abrir la percepción a los reinos de la espiritualidad y a los propósitos de sanación. Ya fuera para evitar la prodigiosa intensidad de algunas plantas visionarias, bien para sortear los problemas legales en relación a su utilización, o debido a que con esta técnica rítmica se sentía más cómodo, en la fundación sobre estudios chamánicos que creó se utilizó este medio de inducción de e.a.c. como praxis habitual en los talleres. De todas maneras, Harner siguió publicando artículos y estudios sobre el uso de alucinógenos en el mundo chamánico tradicional. A lo largo de todos estos años, Harner y su equipo han recopilado miles de informes sobre las experiencias chamánicas inducidas en sus talleres para investigar los reinos ocultos de la mente, su potencial sanador, así como estudiar la apertura a la espiritualidad. A pesar de su adaptación de las técnicas para que resultaran válidas para un público occidental, la base teórica o conceptual que utilizó son una herencia directa del mundo tradicional chamánico; por ejemplo, su constante referencia a los 'espíritus guía', así como el uso del tambor, o el enfoque terapéutico de las sesiones. Algunas personas han señalado que el marco de las prácticas chamánicas que Herner llevaba a cabo en sus talleres se alejaban en cierta manera del chamanismo tradicional, dando el apodo de 'chamán blanco' a su autor, pero cabe reconocer que su 'técnica mixta' ha conseguido un buen balance entre el mundo tradicional chamánico y unas técnicas que pueden ser utilizadas con facilidad entre la población occidental -de la misma manera de Stan Grof creó la respiración holotrópica para sus talleres de psicoterapia transpersonal-. Y es sobre este rico compendio de estudios chamánicos de numerosas culturas, así como del material y las experiencias extraídas a lo largo de muchos años de haber conducido sus talleres, de lo que nos habla este libro. En este sentido, el ensayo resultará válido tanto para personas interesadas en el chamanismo como para terapeutas transpersonales, o para quienes estén interesados en unos mapas de la psique que amalgaman tradiciones ancestrales con la cosmovisión espiritual occidental. |
Índice del Libro |
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Basándose en una larga vida de experiencias chamánicas y en más de 2.500 informes de experiencias de personas durante su ascensión chamánica, Michael Harner destaca las asombrosas semejanzas entre sus descubrimientos, señalando que los cielos y espíritus que se encuentran en la ascensión existen en realidad. También aporta instrucciones sobre sus innovadoras técnicas chamánicas a fin de que los lectores también puedan ascender a reinos celestiales, buscar a maestros espirituales y regresar a voluntad para sanarse. Escrito por la principal autoridad en la materia, La cueva y el cosmos no sólo es una lectura obligada para los interesados en el chamanismo, sino también para quienes quieran indagar en la espiritualidad, la religión comparada, las experiencias cercanas a la muerte, la sanación, la consciencia, la antropología y la naturaleza de la realidad.
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Desde la aparición de mi último libro, La senda del chamán, hace más de tres décadas, mi enseñanza ha sido fundamentalmente oral, en sintonía con las ancestrales tradiciones del chamanismo. Ha llegado, sin embargo, el momento de abordar públicamente algunas cuestiones que merecen una urgente y más amplia atención en el mundo contemporáneo. Dos preguntas fundamentales: si hay más de una realidad, y si hemos de estar solos para resolver los desafíos de la existencia. Este libro cuenta las historias de miles de occidentales que hallaron respuestas a esas preguntas recurriendo a los antiguos métodos de los chamanes, entre ellos tocar el tambor «sobre el arcoíris» para descubrir asombrosos reinos celestiales que aguardan para ayudarlos. También descubrieron una nueva libertad espiritual, una libertad para conocer, y no tan solo para creer o no creer. En sus últimos trabajos, Mircea Eliade, el gran estudioso de la religión comparada, subrayó que los chamanes son únicos en las tradiciones espirituales del mundo debido a su capacidad para volar a otros mundos, y también a los cielos. Alcanzaban esos mundos en lo que él llamaba un estado de «éxtasis» o estado alterado de consciencia. Este estado se lograba, en sus palabras, «a través de la magia musical del tambor» que permitía al chamán «llegar al cielo más alto». Poco más se decía, sin embargo, acerca de la naturaleza de esa «magia musical». Los tambores aparecen constantemente en las fotografías de chamanes siberianos, y son especialmente célebres por facilitar el vuelo a otros mundos. Muchos estudiosos sugieren que estos tambores eran utilizados por su «efecto teatral» en las sesiones chamánicas, y algunos incluso afirmaron que los chamanes siberianos no alteraban su consciencia en absoluto. Otros, siguiendo al micólogo Gordon Wasson, creían que la ingesta de la seta psicoactiva Amanita muscaria era lo que en realidad hacía creer a los chamanes siberianos que volaban a otros mundos. La omnipresencia de los tambores en esas fotografías despertó mi curiosidad y a finales de los años sesenta empecé a experimentar con la percusión para comprobar si ejercía algún efecto en los vuelos mágicos.' Tras varios experimentos, me emocionó comprobar que un ritmo constante de 205 a 220 redobles por minuto ejercía un influjo en el cambio de consciencia y, sin conocimientos de chamanismo, facilitaba el vuelo o viaje a mundos espirituales. Se trata de la «inmersión auditiva» o «inmersión sónica», un método chamánico clásico y alejado por completo de la ingestión de drogas. En respuesta a una serie de peticiones, mi práctica personal con el tambor me llevó a enseñar a pequeños grupos a usar la percusión para alterar la conciencia, no solo con el fin de visitar otros mundos, sino también para traer ayuda y sanación chamánica a nuestro mundo. Con el tiempo creció la demanda de este tipo de conocimiento, y en 1979 Sandra Harner y yo creamos el Centro de Estudios Chamánicos (ahora Fundación de Estudios chamánicos) como vehículo para la enseñanza del chamanismo. En aquella época, también realicé grabaciones de percusión chamánica para que los interesados pudieran viajar sin la necesidad de tocar el tambor en vivo. (Hay que señalar que la práctica del viaje chamánico no lo convierte a uno en chamán, sino que constituye un paso útil en el aprendizaje y práctica del chamanismo, ya que a través del viaje se puede aprender rápida y directamente de los espíritus.) En 1980 publiqué La senda del chamán, libro que propició el renacimiento chamánico a nivel mundial. |
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