Comentario de la Librería
Este libro trata sobre la peregrinación de los huicholes a Wirikuta, el lugar mítico donde recolectan el cactus peyote. El ensayo consta de dos partes: la primera es una introducción, escrita por antropólogos, sobre los huicholes, su peregrinación a Huiricuta, la necesitad de preservar sus lugares significativos así como las tradiciones de este pueblo nativo mexicano.
La segunda parte ha sido elaborada a partir de una serie de entrevistas con huicholes que han participado a lo largo de los años en la peregrinación al desierto de Real de Catorce, en busca del jiculí, y por lo tanto mostrando la importancia cultural, así como el universo mitológico, de esta cultura indígena mexicana. En este sentido este relato es especialmente importante dado que en otros libros suele narrarse el viaje desde el punto de vista de un antropólogo que ha acompañado a los nativos, mientras que en este caso son los mismos peregrinos huicholes quienes narran su proceso de aprendizaje e iniciación en el camino, su relación con los macramés (los chamanes de su cultura), el significado mitológico de los diversos lugares por los que pasa la ruta -que en definitiva tiene diversas ramas-, o la importancia del uso del peyote para su universo espiritual.
En este sentido, este es un buen estudio para aquellas personas valor religioso de los enteógenos, así como su su relación con la creación o actualización y percepción de los símbolos culturales de una sociedad. En cierta manera los huicholes son casi la 'última' sociedad que usa de una forma tradicional un enteógeno (en este caso el peyote) de una forma ritual y consensuada en relación sus ritos y tradiciones religiosas.
En el título del libro se hace referencia al abuelo fuego, que es uno de los nombres con los que se denomina al peyote. Curiosamente a la ayahuasca se la llama 'la abuela', siendo este un enteógeno nocturno, mientras que el peyote se considera una planta diurna -de aquí su relación con el fuego, la luz o el sol.
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