Comentario de la Librería
Este número de Takiwasi se abre con íkaro sobre la M -la letra M de materia. Los íkaros son unos cantos que se reciben durante las sesiones con ayahuasca, y que luego se emplean en otras sesiones para curar, invocar, guiar la experiencia... En este artículo , Rosa Giove nos habla sobre la importancia de nuestra encarnación en un cuerpo físico -y de todo lo que este mundo material nos permite expresar, vivenciar y edificar gracias a la materia; en este sentido, el artículo se contrapone a ciertas posiciones espirituales, que intentan censurar la materia dentro del camino del Espíritu. La segunda parte del artículo versa sobre la importancia del cuerpo dentro de la sanación chamánica, y la relación entre la mente y la enfermedad.
Le siguen artículos sobre el culto del Bueti en África, en unas extendidas comunidades de credo cristiano que emplean la raíz de la iboga para sus iniciaciones y celebraciones periódicas; el escrito, firmado por Giorgio Samorini, no tiene desperdicio. Siguiendo con la iboga, el incansable activista Lotsof nos relata su experiencia con el empleo de ibogaína en el tratamiento de adicciones con cocaína, heroína o alcoholes. También podremos leer una nota sobre la Comunidad Encuentro, un grupo de personas que han montado un grupo terapéutico en Argentina, muy similar en funcionamiento al grupo de Takiwasi, y en el que se emplea el cactus de San Pedro para tratar adicciones a varias drogas. También un bello relato de un encuentro de una persona con el mundo místico y espiritual, tras una experiencia cercana a la muerte. Un ensayo sobre la relación entre el sonido y los estados alterados de conciencia, y en particular el seguimiento de la práctica del chinear entre las comunidades del Chile central (un ritual en el que tiene un importante papel del sonido producido por centenares de flautas y tambores). En la parte central de la revisa encontraremos dos ensayos, uno sobre la validez de las sustancias psiquedélicas como vía para el acceso a lo místico; y otro sobre la aproximación de una persona occidental a los métodos de sanación tradicionales de los chamanes.
La publicación se cierra con unos textos del jesuita Tielhard de Chardín, uno de los grandes místicos cristianos del siglo XX, que traza la relación de la encarnación del espíritu en la materia del mundo, así como su camino de desarrollo en él. En cierta manera Chardin podría considerase como el Darwin de la espiritualidad -eso sí, sin separar espíritu y materia, sino más bien entrelazándolos.
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