La creatividad religiosa se plasma a través de pinturas, esculturas y arquitectura, pero también se enraíza y se eleva valiéndose de la Palabra: con ella da nombre a las cosas, a los hechos, a los mitos; crea las leyendas y las epopeyas... da nombre e invoca a los dioses. Es a través de la palabra poética que el creador canta, que el hongo habla, que el oráculo se manifiesta. Así, en las grandes épocas de creatividad religiosa las artes plásticas florecen, viendo articulado su significado a través de poderosos textos poéticos: los Vedas hindúes, las epopeyas mesopotámicas, los poemas y mitos griegos, Dante, las leyendas nórdicas, la poesía y los cantos místicos... Si el mundo de la ciencia se basa en los números y la medición, el universo de las religiones se sustenta en la Palabra y la modulación. |