Prefacio del libro
Durante veintitrés siglos las agujas de acupuntura y el ginseng han curado a 10 que representa ahora un cuarto de la población mundial; sin embargo, hace sólo dos décadas que la mayoría de los norteamericanos empezaron a oír hablar de tales medios. En 1971, un año antes de que se alzase la «Cortina de Bambú», el periodista del New York Times James Reston cayó enfermo mientras se encontraba destinado en China. Después de que le extirpasen el apéndice, recibió tratamiento de acupuntura para el dolor del postoperatorio. El relato de primera plana que envío a su país anunciaba: «He visto el pasado, iY funciona!». En ese momento la medicina china entró a ocupar un lugar destacado en la conciencia de los norteamericanos.
Efrem y yo empezamos a practicar la acupuntura poco después de 1973. Desde entonces hemos tratado a miles de personas. Una de ellas fue Sam, un bioquímico de treinta y seis años con un agudísimo dolor en el abdomen que su médico había diagnosticado como cálculos biliares. Aunque se sentía escéptico respecto a la medicina china, más le asustaba la perspectiva de una intervención quirúrgica. Después de dos meses de acupuntura, hierbas medicinales y modificaciones en su dieta, Sam expulsó fragmentos de piedras, y una ecografía confirmó que la cirugía ya no era necesaria. Esther, una enfermera jubilada de setenta y cinco años padecía de artritis avanzada. Al cabo de un año ya no sentía dolor y había recuperado el uso de sus articulaciones y miembros. Quince años más tarde no había vuelto a recaer. Otro ejemplo fue Suzanne, de veintiocho años; quien después de tres abortos espontáneos y dos intervenciones ginecológicas, no lograba quedarse embarazada. Al octavo mes de tratamiento se quedó en estado y más tarde dio a luz a una niña sana que ahora es una joven adolescente.
En estas personas y en muchas como ellas el éxito de la acupuntura y de las hierbas medicinales despertó la curiosidad. Al quedar impresionadas, deseaban información. Empezamos a escribir este libro en respuesta a sus demandas: «¿Dónde puedo leer más sobre esto». Existen otros libros sobre el tema, pero ninguno ofrece a los no iniciados una visión exhaustiva y al mismo tiempo comprensible. Por eso nos propusimos explicar nuestra apreciación de lo que es la medicina china: cómo piensa, cómo trabaja y qué puede hacer.
(...)
Algunas personas tienden a despreciar la medicina china por no adaptarse al modelo de la medicina moderna, mientras que otros tienden a idealizada y mitificarla. Algunos la rechazan porque no es moderna, otros la veneran porque es antigua. Los primeros la consideran curanderismo excéntrico y los segundos una panacea. Para nosotros está claro que se trata de un sistema en sí mismo, totalmente distinto de una corriente terapéutica de ultima moda o de otras terapias consideradas holísticas o alternativas. Ha persistido durante siglos no sólo porque sus técnicas producen resultados tangibles, sino también porque encarna una filosofía coherente que integra muchos aspectos de la vida humana.
|