Comentario de la Librería
Este es un libro que trata del problema moderno de las adicciones -y lo hace desde el punto de vista de la falta de ritual, o sea, desde un punto de vista antiguo. El autor, psicólogo jungiano, abre el ensayo postulando que lo distingue al mundo moderno de la antigüedad es la falta de aceptación de la muerte, así como la desaparición de los rituales iniciáticos. Ambos están relacionados -nos sugiere. La muerte es el tránsito de esta vida a lo desconocido -a la intemporalidad, a la nada, a una vida más plena, a un extravío, a la trasmigración... En todo caso, a un salto cuántico a una nueva dimensión. Por su parte, los rituales iniciáticos igualmente tienen que ver con una transformación: con abrirse a una nueva 'dimensión' en esta vida. Las iniciaciones, como exponía Eliade en su obra Nacimiento y Renacimiento, se llevan a cabo en momentos clave de la vida, en la transición de la infancia a la vida responsable, en el matrimonio, en la iniciación a un oficio -de cazador, de pastor, de guerrero...
Este ritual de paso implica una alteración de la conciencia, una muerte a lo viejo y un renacer a lo nuevo. En todas las sociedades tradicionales (en el chamanismo en culturas ágrafas, en Eleusis en la Grecia clásica, en los misterios iniciáticos del Oriente medio, o en períodos iniciales de diversas religiones) estos ritos implicaban un acceso a nuevos 'símbolos' y también una intensa experiencia interior: la alteración de la conciencia y también, en diversos casos, el empleo de embriagantes enteogénicos.
Y este es el punto central del libro: en las sociedades modernas, que se han quedado sin los rituales de iniciación -más allá de la iniciación al mundo de la técnica que se ofrece las universidades-, esta necesidad de acceso a los símbolos de una cultura, esta búsqueda de significado de la vida, pervive en el inconsciente de las mentes de los ciudadanos. Y el recurso a las 'drogas' que alteran la conciencia, en un submundo enfermizo que imita y evoca toscamente el de un contexto y ritual 'iniciático', puede conducir, al menos en parte, a esta confusión actual en relación al mundo de las sustancias psicoactivas -a las intoxicaciones, a las adicciones, a la búsqueda inconsciente, bien intencionada pero confusa, de los 'estados alterados de la mente' (en definitiva, a la disolución sin la reconstrucción).
Desprovistos de un contexto cultural y sus símbolos, sin una figura de una persona conocedora del manejo de las sustancias, el empleo moderno de los antiguos embriagantes se ve abocado a un cierto fracaso, insatisfacción y malentendido permanente. En este libro, de lectura reposada y redacción bien meditada, encontraremos desde un ensayo sobre el empleo del peyote en la Iglesia Nativa Americana, hasta la exposición de un caso de 'adicción' a las drogas, relacionándolo con esta búsqueda 'inconsciente' de un ritual y estado modificado de conciencia, pasando por la elaboración y desarrollo de la teoría principal del libro.
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