Comentario de la Librería
¿Por qué los animales -incluido el ser humano- toman drogas? Esta es la pregunta de la que parte el libro, o quizás la cuestión a la que aspira a dar respuesta.
Si bien hasta hace pocos años casi se desconocía el empleo de sustancias psicoactivas -alteradoras de la percepción, comportamiento o estado de ánimo- entre los animales, y no se presentaba casi atención a estos datos, recientemente los etólogos (estudiosos del comportamiento animal) han ido desvelando uno tras otro, y casi sin solución de continuidad, docenas de casos que abarcan desde renos micófilos a cabras cefetómanas, desde elefantes borrachos a hormigas que se embriagan hasta perder el norte.
Desde ese momento el número de especies de las que se tiene conocimiento de este comportamiento ascienden a más de 300, y parece que número va en aumento. Para no desvelar todo antes de empezar, decir que el comportamiento de estos animales no es accidental: conocen bien lo que buscan, y a veces lo buscan empecinadamente.
¿Cabe preguntarse y suponer que los seres humanos y los animales no humanos buscan y toman sustancias psicoactivas por motivos parejos? Aunque el libro anticipa una respuesta, cabe al menos decir que en este universo 'no nos encontramos solos' -cada vez resulta más difícil dar con un aspecto que los humanos no compartan con el mundo animal (entierros aparte).
A destacar los simpáticos dibujos que acompañan a cada capítulo.
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